HABITAR-ES

Habitar un territorio es convivirlo
Ivan Illich
Habitar un territorio es convivirlo. Una relación convivencial que siempre es nueva. La convivencialidad es la acción de las personas que participan en la creación de la vida social. Para Illich, «trasladarse de la productividad a la convivencialidad es sustituir un valor técnico por un valor ético, un valor material por un valor logrado».

La convivencialidad es «la libertad individual, realizada dentro del proceso de producción, en el seno de una sociedad equipada con herramientas eficaces». Implica renunciar a la sobreabundancia y al superpoder (ya se trate de individuos o de grupos). Lo cual redunda en renunciar a la ilusión que sustituye la preocupación por lo prójimo, por lo más próximo, «por la insoportable pretensión de organizar la vida en las antípodas»

Habitar una región es sentir, asumir, valorar la presencia de las comunidades que la pueblan. Lo que significa, en primer lugar, el derecho a un hábitat comunal. Pero el arte de habitar no sólo crea espacios interiores. También fue siempre y en todas partes habitable el espacio situado más allá de nuestros umbrales. «Aún hoy, en los países cálidos, la mayoría de la gente se pasa una buena parte de su vida en la calle. Este espacio habitable fuera del propio hogar son las zonas comunales, lugares que sirven a muchos grupos y a cuyo uso de todos tenemos derecho, aunque sólo en la forma comúnmente reconocida por la comunidad.

El portorriqueño que llega a Nueva York utiliza la calle con toda naturalidad como un bien común. Y el turco residente en Berlín sigue practicando su costumbre de sentarse en una silla en la calle a charlar, apostar, discutir o hacerse servir un café. Muy lentamente caerá en la cuenta de que en nuestros países desarrollados el progreso ha convertido las calles en carreteras y el tráfico rodado amenaza a puestos callejeros y bancos, al comercio, al chismorreo, al juego y al trabajo.

Hasta ahora, el progreso económico ha supuesto siempre y en todas partes la ruina de las zonas comunales y la reclusión de las personas en jaulas de cemento. Así, poco a poco, el mundo se ha vuelto inhabitable». 

Habitar un mundo significa depender de otros en el acto mismo de habitar (y asumir esa dependencia personal). E intervenir en su transformación humana: participar. En este sentido, participar significa vivir y relacionarse de un modo diferente. Pero «sobre todo implica la recuperación de la libertad interior propia, es decir, aprender a escuchar y compartir, libre de cualquier miedo o conclusión, creencia o juicio predefinidos.

En la medida en que la libertad interior no es necesariamente dependiente de la libertad exterior, su recuperación es una cuestión esencialmente personal, y puede llevarse a cabo aun en la cárcel, o bajo las condiciones mas represivas». Esa libertad habilita a uno para el florecimiento de la propia vida, pero también para contribuir de forma realmente significativa a la lucha por una mejor vida de todos los demás. En este caso, «la libertad interior le da vida a la libertad externa, haciéndola posible y dándola sentido». Lo que exige el uso de la razón, de esa razón común que nos habita a todos. Y como condición, estar atentos a evitar la corrupción del lenguaje cotidiano (otra de las mayores preocupaciones de Ivan Illich).

Y como condición de convivencia: la austeridad, la renuncia (que no excluye, en absoluto, los placeres, sino sólo los que degradan la relación personal). Hablamos más arriba del equilibrio. Illich señala como una de las piedras angulares de su pensamiento el concepto del «umbral de mutación». El umbral en el que, al verse superado, se rompe algún equilibrio social básico.

En lo que nos ocupa: el límite que separa el terreno inhóspito del habitable. En este sentido puede hablarse de la última mutación que afecta al territorio y las ciudades: la de la hospitalidad. Que no puede definirse desde la arrogancia del técnico (esas «figuras de una caridad pervertida»), sino como condición de que las personas puedan mirarse cara a cara, sin intermediarios (cabe aquí recordar la durísima crítica de Illich a los planificadores, en el artículo de la choza de Ghandi o en el libro Profesiones inhabilitantes).

Abrir el territorio, la ciudad, al de fuera. A que lo recorra, lo comparta, lo construya, lo entienda. Habitar un territorio es apropiárselo (hacerlo propio), pero también extrañarlo (abrirlo al otro). Incorporarlo al juego de los signos de apropiación y extrañamiento.

Creo que también puede formularse esta idea conforme a uno de los autores preferidos de Illich, Karl Polanyi, para quien en nuestra sociedad conviven superpuestos dos dominios, dos mundos (dos redes de organización social entrelazadas): uno dominado por la economía del mercado único (con la tecnocracia, el progreso técnico, la tecnoutopía); y otro propio de la protección social. Este último sería el que permite y conserva la habitabilidad, en el mismo espacio que quiere a su vez hacer suyo el mercado.

LA MUJER HABITADA

AL AMANECER EMERGÍ. Extraño es todo lo que ha acontecido desde aquel día en el agua, la última vez que vi a Yarince. Los ancianos decían en la ceremonia que viajaría hacia el Tlalocan, los jardines tibios de oriente —país del verdor y de las flores acariciadas por la lluvia tenue— pero me encontré sola por siglos en una morada de tierra y raíces, observadora asombrada de mi cuerpo deshaciéndose en humus y vegetación. Tanto tiempo sosteniendo recuerdos, viviendo de la memoria de maracas, estruendos de caballos, los motines, las lanzas, la angustia de la pérdida. Yarince y las nervaduras fuertes de su espalda. Hacía días que oía los pequeños pasos de la lluvia, las grandes corrientes subterráneas acercándose a mi morada centenaria, abriendo túneles, atrayéndome a través de la porosidad húmeda del suelo. Sentía que estaba cercano el mundo, lo veía acercarse en el diferente color de la tierra.

Vi las raíces, las manos extendidas, llamándome. Y la fuerza del mandato me atrajo irremisiblemente. Penetré en el árbol, en su sistema sanguíneo, lo recorrí como una larga caricia de savia y vida, un abrir de pétalos, un estremecimiento de hojas. Sentí su tacto rugoso, la delicada arquitectura de sus ramas y me extendí en los pasadizos vegetales de esta nueva piel, desperezándome después de tanto tiempo, soltando mi cabellera, asomándome al cielo azul de nubes blancas para oír los pájaros que cantan como antes.

HABITAR LA ESCUELA
Cuando el querer habita la escuela. Hay momentos en la vida de la escuela en que tenemos que estar atentos a los lenguajes “sutiles”. No siempre los niños cuentan con la suficiente expresividad para decir qué tienen ganas de aprender, de hacer, de jugar; en qué situaciones les dan ganas de involucrarse con su vida entera, con su cuerpo, con sus emociones.

Otras veces no es necesaria esa búsqueda, porque sus ganas les brotan por los poros, sus bocas dicen, piden, gritan, reclaman. Como un eco aparecen en el aula resonancias de acontecimientos vitales, repercusiones de su hacer con sus familias, con sus amigos, dibujándose nuevas rutas, creándose nuevos ámbitos

“No quiero que me duelan las paredes de mi casa;
constrúyela... para que converse conmigo.” (Nazario Chacón Pineda)
Este trabajo se inscribe en el II Seminario Nacional de Teoría de la Arquitectura, en el tema “La teoría, sus definiciones y contenidos”. Analiza los distintos significados de la palabra Arquitectura, tanto dentro de la especialidad como fuera de ella. También plantea que la relación entre los espacios arquitectónicos y los seres humanos va mucho más allá de los conceptos de uso y de usuarios, empleados acrítica y repetidamente por la mayoría de los arquitectos. Los seres humanos establecemos una simbiosis difícil de explicar con los espacios que nos contienen. Los habitamos y nos habitan. Somos sus habitantes o sus habitadores (1). En apoyo de la argumentación surgen – exultantes – los pensamientos y palabras de talentosos escritores y poetas.

Pensar
La única posibilidad que el hombre tiene para ser y estar en el mundo es habitándolo, nos dice el filósofo alemán Martin Heidegger (2). Los límites de este “habitar” empiezan cuando estando frente a nuestra casa decimos “Habito allí” y culminarían – según el humor de Georges Perec – cuando tuviéramos que decir; “Habito en uno de los planetas de una de las más jóvenes estrellas amarillas enanas situadas en el borde de una galaxia de mediocre importancia y arbitrariamente designada con el nombre de Vía Láctea” (3).
Como el mundo en su estado natural no es habitable, al hombre no le basta su condición individual para sobrevivir (4), por necesidad tiene que reinventar el mundo. Inventa una segunda piel que lo proteja y le brinde un espacio habitable donde pueda producir y reproducir su vida. Una piel que le brinde la comodidad, la seguridad y el deleite que requiere para poder vivir plenamente.
A esa segunda piel le hemos dado el nombre de Arquitectura (5).
La función histórica y social de la arquitectura ha sido la creación necesaria de un espacio humanizado, un espacio hecho a imagen y semejanza del hombre para que éste sobreviva. Un espacio que el hombre pueda habitar, un espacio antropomorfizado (6).
En este sentido, podemos decir que la esencia de la arquitectura radica en ese espacio interno (7) y las características que debe llenar para satisfacer las necesidades del hombre, aunque sabemos que históricamente esta jerarquía del espacio humanizado no ha sido suficientemente explícitada. Esta definición enraizada en la realidad social de la esencia de nuestra disciplina, nos hace entender que la creatividad arquitectónica tiene, a la manera del verso de líneas anteriores, un pie forzado. Dicho pie es la conciente (8) expresión de una serie de condiciones que los espacios deben satisfacer para ser espacios habitables. En otras palabras, todo proyecto es una respuesta a las exigencias que lo originan. No existe proyecto que no parta de condiciones previas.
Desde el campo de la Teoría se ha llamado a ese conjunto de condiciones, exigencias o requisitos, el programa arquitectónico.
Este Programa o conjunto de exigencias es metafóricamente, la “voz” del ser arquitectónico. Es la expresión de su querer ser, de los modos de vida que encierra (9). Parte básica de la formación del arquitecto es el desarrollo de esta capacidad de “oír” y respetar la vocación del problema arquitectónico expresada en forma expIícita en su Programa.
El arquitecto es el intérprete, el hilo conductor que permite que la voz arquitectónica sea escuchada. Puede interpretarla es decir, re-crearla, volverla a crear, pero sin traicionarla. Un arquitecto debe tener la capacidad de “oír” las voces de los problemas a resolver, respetar su voluntad de ser e interpretar su “música”. Sería absurdo que un cantante al interpretar una canción cambiara la letra y la melodía originales, por querer demostrar su talento y capacidad. En la actualidad estos absurdos – dentro del ámbito arquitectónico – son más que excepciones.
El Programa es el punto de partida insoslayable de toda obra arquitectónica, su principio pero no su meta final. La obra debe cumplir y trascender las condiciones que la originan y sustentan. En este sentido veamos lo que escribió Enrique del Moral (1906-1986):
“Si bien es cierto que los arquitectos se apoyan en el programa, la función y por supuesto en la razón, lo que es conveniente y aún indispensable, no es suficiente para el logro de una buena arquitectura... la arquitectura debe superar la simple utilidad, pues su último y más digno objetivo es, por medio de la armonía de sus elementos y la equitativa proporción del espacio y volúmenes, despertar la emoción y lograr la belleza”. (10)
Dicho de otra manera, el cumplimiento del Programa es la condición necesaria pero no suficiente, para lograr lo que Del Moral llama “una buena arquitectura”.
De acuerdo a lo citado, el fenómeno arquitectónico tiene una estructura incluyente que va de la razón a la imaginación, de lo útil a lo bello, de dentro hacia fuera, a semejanza de una explosión, con una organización que supedita los medios al fin y que se desarrolla dominantemente del interior al exterior, como un organismo viviente.
Pensar la palabra arquitectura
La Arquitectura es uno de tantos términos, que casi sin darnos cuenta, se ha ido llenando de distintos y en algunos casos equívocos significados. Recordemos que la palabra arquitecto viene del griego arkhitékton compuesto de árkho “soy el primero” y tékton “obrero” derivado de tíkto “produzco doy a luz”. Es decir; el primero de los obreros que producen (11). Esta idea original sobre la función inicial de los arquitectos, como todos sabemos, cada vez se apega menos a la realidad. Hemos abandonado – con las notables excepciones de siempre – el campo de la construcción de las obras para refugiarnos en su invención o proyección y en algunos casos en su ideación. Hemos pensado que el fin de nuestra profesión no es tanto la realización material de la obra, sino, su concepción.
En vez de sentirnos responsables de la existencia ideal (12) y la existencia material de la “Arquitectura”; hemos optado tan sólo por la primera. Esta es sin duda una de las principales razones de la crisis actual de nuestra profesión (13).
Pero volviendo a los distintos significados de la palabra arquitectura; encontramos que por ejemplo, cuando decimos “la arquitectura de Luis Barragán” – por citar al más regional y precisamente por eso el más universal de los arquitectos mexicanos – nos podemos referir al estilo o a su manera de proyectar y construir, es decir, su manera de hacer arquitectura. Simultáneamente también podemos darle un segundo sentido a la expresión; refiriéndonos al producto de su hacer, es decir, a sus obras, aisladas o en conjunto.
En un tercer sentido, al decir Arquitectura podemos estar hablando de la disciplina, – cualquiera que sea la definición, – un saber y hacer social e histórico para pensar, proyectar y construir espacios habitables. Por ejemplo, citando algunas de las expresiones más comunes; al decir “la arquitectura griega”; “la arquitectura latinoamericana”, o “la arquitectura mexicana del siglo XVI”; nos referimos, respectivamente, al conjunto de obras arquitectónicas ubicadas en un país – Grecia – o en una región geográfica – Latinoamérica –; o a las obras construídas en México entre el año 1501 y el 1600. El tiempo histórico y el lugar geográfico como coordenadas necesarias de la arquitectura.
En resumen, en el lenguaje de los especialistas, la palabra tiene tres acepciones distintas: la Arquitectura como la disciplina, ciencia y arte de pensar, proyectar y construir espacios habitables (14); la actividad, el estilo o una manera de “hacer obras” – el “arquitecturar” (15) y en tercer término, es la palabra con que designamos al producto de nuestro hacer, tanto una obra como un conjunto de obras arquitectónicas. La disciplina, la actividad y el producto.
Para los efectos de nuestro discurso, entenderemos a la Arquitectura como la ciencia y el arte de pensar, proyectar y construir; a la actividad como el “hacer arquitectura” y al producto de dicho hacer como el objeto o la obra arquitectónica.
Los significados de la palabra arquitectura quedarían incompletos, si sólo registráramos los empleados por los especialistas. Aún a riesgo de extendernos, nos parece necesario detenernos para conocer algunas de las acepciones utilizadas desde fuera de la especialidad. En particular, los sutiles significados usados por los poetas y escritores, que ustedes interpretarán, a través de unos cuantos ejemplos.
"¿El ciervo es una bestia o una graciosa arquitectura donde está prisionero el príncipe del mundo?" (16)
Arquitectura como la belleza sensible, la que domina los sentidos, la forma o envolvente, según el poeta español León Felipe. Concepto que con matices también utilizan, respectivamente, sus paisanos Juan Ramón Jiménez y García Lorca:
“Catedral pobre al sur, en el trigo del estío,cuando el sol puro es miel de los rosetonesque abren las abejas de ensueño del ocasosu piedra maternal en panal de colores...desteñidas arquitecturas de ororuinas viejas de cielos caídos...” (17)
“Las arquitecturas de escarcha,las liras y gemidos que se escapande las hojas diminutas en otoñomojando las últimas vertientes,se apagaban en el negro de los sombreros de copa” (18).
Por otra parte, sobre todo en nuestros días, es frecuente oír o leer: “la arquitectura de las computadoras”. En torno a este mundo avasallador, un joven matemático de la Facultad de Ciencias de nuestra Universidad – refiriéndose a la topología de las computadoras y a la ordenación interna de sus procesadores-, escribe en su tesis de doctorado:
“There exist a wide variety of parallel architectures and a corresponding variety of concurrent programming paradigms. For most problems, it is not possible to envisage a general concurrent algorithm which is well suited to all parallel architectures” (19).
Arquitecturas paralelas. La palabra usada como sinónimo de estructuras samejantes, de configuraciones, de un orden interno de relaciones entre las partes. Sentido coincidente con el dado desde otras disciplinas, como la medicina y la filosofía a la palabra arquitectura:
La vivienda es un sucedáneo del vientre materno, primera morada cuya nostalgia quizá aún persista en nosotros... la complicada arquitectura de nuestro aparato psíquico también es accesible a una serie de influencias” (20)
“Las creencias... se dan siempre como miembros de un organismo de una estructura. Esto hace que posean siempre una arquitectura y actúen en jerarquía. Las creencias constituyen el estrato básico, el más profundo de la arquitectura de nuestra vida. Decimos tenemos las ideas, pero nuestras creencias, más que tenerlas, las somos” (21)
Para finalizar estos ejemplos, – no exhaustivos y acaso antológicos – quiero citar a dos reconocidos escritores latinoamericanos, muy discutidos por sus posturas políticas, pero que desde su poesía sugieren sutilmente, profundas interpretaciones de la esencia de lo arquitectónico. Juzguen ustedes:
“El mundo lo hemos soñado... ubicuo en el espacio y firme en el tiempo; pero hemos consentido en su arquitectura, tenues y eternos intersticios de sin razón y sin sentido...” (22)
El poeta nos habla de un mundo arquitecturalmente heterogéneo, no sólo material, sino también inmaterial. Un mundo en el también las hoquedades, las hendeduras cuentan.
“Arquitecturas instantáneassobre una pausa suspendidasapariciones no llamadas, ni pensadasformas de viento insustanciales como tiempoy como tiempo disipadas.Hechas de tiempo no son tiemposon la hendedura, el intersticioel breve vértigo del entredonde se abre la flor diáfanaalta en el tallo de un reflejose desvanece mientras gira" (23).
Arquitecturas inmateriales, hechas de viento y tiempo sin ser ni lo uno ni lo otro. Hechas de huecos e intersticios; de espacio intangible sin límites. Esta propuesta del concepto de arquitectura nos enfrenta a la insoslayable relación entre el espacio contenido y el espacio continente, ambos materias primas del hacer arquitectónico. El primero es el aludido por nuestros autores. El espacio existente pero inasible, insconstruible pues ya existe. El segundo es el que construye el arquitecto, es la envolvente, la piel que delimita al primero. Límites, que por supuesto, modifican, transforman el espacio contenido. Producimos – en el sentido heideggeriano – el espacio arquitectónico que estaba dentro del espacio natural; al producirlo desvelamos lo velado, desocultamos lo oculto, viajamos de la no presencia a la presencia. El hacer del arquitecto, como la desocultación del espacio, transformación colmada de pensamientos.
Y bueno, como se podrá observar, el tema resulta inagotable.
Pensar los objetos
El hombre ha sido definido por los antropólogos, en sus etapas primigenias, como un “hacedor de herramientas”. Desde otra disciplina del conocimiento Freud nos dice:
“...los primeros actos culturales (realizados por el hombre) fueron el empleo de herramientas, la dominación del fuego y la construcción de habitaciones” (24).
El hombre como hacedor de objetos arquitectónicos necesarios para su subsistencia. El universo de objetos que el hombre ha producido es susceptible de ser clasificado. En primer término, tenemos las herramientas o instrumentos que utilizamos dominantemente con dedos y manos: lápices, plumas, pinceles, bisturís (25) o martillos, reglas y demás. Después, los objetos corporalmente necesarios para desarrollar muchas de nuestras actividades, es decir, los muebles: sillas, mesas, camas, escritorios. Son objetos ante los cuales – espacialmente hablando – estamos siempre junto, atrás o delante, arriba o abajo o a un lado. El tercer tipo de objetos, dentro de nuestra clasificación, lo constituyen los objetos arquitectónicos. Su especificidad consiste en ser objetos que penetramos para habitarlos. Objetos que son a la vez continentes de otros objetos – muebles e instrumentos – y personas. Objetos ante los cuales, no estamos junto sino dentro. Nos envuelven y por tanto nos convertimos en su contenido principal. Nuestra necesidad inexorable de habitar les da su característica básica: la habitabilidad.
Y claro, dentro de estos tres tipos de objetos hay combinaciones posibles. Por ejemplo, un coche sería un objeto construido con la finalidad principal de desplazarse a altas velocidades y que en forma complementaria habitamos y con el que nos relacionamos corporalmente, nos sentamos o recostamos en él y además usamos algunas de sus partes con las manos y pies para conducirlo.
Anotemos aquí, en forma breve que potencialmente todos los espacios que nos rodean son habitables aunque con distintos niveles de habitabilidad en función de la frecuencia y la duración de nuestro contacto con ellos. Un sendero en el bosque o la cima de una montaña tienen un grado de habitabilidad mucho menor que el de los espacios que consideramos arquitectónicos.


Habitar
El hombre utiliza los espacios arquitectónicos de la única manera posible: habitándolos. Somos sus habitantes o sus habitadores (32). Se usan un lápiz o unos zapatos. Las obras las vivimos y las habitamos. Una relación que va mucho más allá de la simple acción de usar. El uso se convierte, en muchas ocasiones, por fuerza de la costumbre, en un acto mecánico, casi irracional (33).

El habitar en cambio implica una relación comprometida, conciente y activa. Una relación que viaja en dos direcciones. Habitamos y somos habitados (34).

Esta difícil y compleja relación queremos ilustrarla con la visión desde fuera, de algunos autores no arquitectos. Veamos unos ejemplos.

“Las casas nuevas están más muertas que las viejas, porque sus muros son de piedra o de acero, pero no de hombre. Una casa viene al mundo, no cuando la acaban de edificar, sino cuando empiezan a habitarla. Una casa vive únicamente de hombres...” (35)

En otras palabras, una casa sólo es tal cuando el hombre la habita, la vive colmándola con sus costumbres, sus anhelos, sus angustias, sus sueños. Siguiendo a Vallejo podemos decir: “En una casa habitada sin nombre / sus muros no son de barro o piedra / sino de hombre”. Antes de su humanización la casa es sólo un conjunto de materiales ordenado en volúmenes, superficies y hoquedades. Y por supuesto, tomando en cuenta a los espíritus feministas, tenemos que complementar el verso anterior escribiendo: “En una casa habitada / por el amor y la hiedra / no existe el temor al dolor / ni nada la arredra / y aunque no se nombre por doquier / sus muros son de barro, piedra, hombre y mujer".

Abundando en la relación entre la arquitectura y la mujer, escuchemos el punto de vista de dos poetisas latinoamericanas:

“Las casas necesitan del hombre. Si usted cierra una casa y ya no viene nadie más a ella, entonces la casa se muere, es como si a una planta le quitaran la tierra o el agua. La casa no vive por sí sola, necesita de la gente, necesita calor humano.”

“La casa donde vivo ahora es muy bella no hay duda. Es una casa arquitectónicamente correcta, tiene muebles y adornos bellos, pero no tiene personalidad, no tiene alma” (36).

Y para abundar no sólo en el habitar del cuerpo:

“Y al decir casa, pretendocon un símbolo expresarque casa suelo llamaral refugio que yo entiendoel alma debe habitar” (37).

Con otro acento, surge otra convincente voz.

“Tal vez esta es la casa en que vivícuando yo no existía, ni había tierracuando todo era luna o piedra o sombracuando la luz inmóvil no nacíatal vez entonces esta piedra era mi casa
mis ventanas o mis ojos.
Me recuerda esta rosa de granito
algo que me habitaba o que habité
cueva o cabeza cósmica de sueñoscopa o castillo o nave o nacimientotoco el tenaz esfuerzo de la rocasu baluarte golpeado en la salmueray sé que aquí quedaron grietas mías
arrugadas sustancias que subierondesde profundidades hasta mi almay piedra fuí, piedra seré, por eso
toco esta piedra y para mí no ha muerto:
es lo que fuí lo que seré,
reposo de un combate tan largo como el tiempo” (38)

Después de leer estas líneas, ¿Quién podría afirmar que Pablo Neruda era sólo un “usuario” de sus espacios? "Algo que me habitaba o que habité, donde quedaron grietas mías, quizá mis penas, mis angustias o mis alegrías. Y si esto no bastara: esta piedra está viva porque es lo que fui o lo que seré".

Y hablando de grietas decía un autor imprescindible, Juan Rulfo (39):

“Y de las paredes parecían destilar los murmullos como si se filtraran de entre las grietas y las descarapeladuras. Yo los oía”.

De la influencia de los espacios en nuestra etapa infantil, nos habla Alfonso Reyes:

“No he tenido más que una casa. De sus corredores llenos de luna, de sus arcos y sus columnas, de sus plátanos y sus naranjos, de sus pájaros y sus aguas corrientes, me acuerdo en éxtasis. De esa visión brota mi vida. Es raigambre de mi conciencia, primer sabor de mis sentidos, alegría primera y ahora en la ausencia, dolor perenne. Era mi casa natural absoluta. Mis ojos se abrieron a ella, antes de saber que las moradas de los hombres son provisionales, que se trafica con ellas, se venden, se compran, se alquilan; que son separables de nuestro cuerpo, extrañas a nuestro ser, lejanas. Las casas que después he habitado me eran ajenas. Arrojado de mi primer centro, me sentí extraño en todas partes. Lloro la ausencia de mi casa infantil con un sentimiento de peregrinación, con un cansancio de jornada sin término. Me veo sobre el mapa del suelo, ligado a mi casa a través de la sinuosa vida. Su puerta parece ser la puerta que anhelo. En una continuidad de formas y sonidos, mi mundo infantil pende de esa casa. De ella irradian la posibilidades y las tentaciones de mi conducta; estrella de senderos, nudo no disuelto de la voluble voluntad de la vida. Unidad primera, por ella he de medirlo todo” (40)

Primer sabor, primer centro, unidad primera. La casa en la que vivimos nuestra infancia nos marca, en ella terminamos y a partir de ella nos iniciamos. Para terminar, sin pretender agotar el tema, dos poemas. El primero de un arquitecto:

"¿Qué te pasa casa?Ábreme tus puertas,verdece tus pastos.Llénate de humos,de olores, de cantos;que crezcan parejosmi amor y tu árbol.Que ya estoy sintiendoque vuelvo a tu lado" (41)

Y el segundo de un poeta juchiteco poco conocido. Quiero hacerlo por la razón anotada y sobre todo porque es un verso dedicado a un arquitecto. La anécdota cuenta que Lorenzo Carrasco, sabiendo que el poeta no podía pagarle el proyecto de su casa, le dijo: Págame con un verso.

Y Nazario Chacón ni tardo ni perezoso escribió:

“Lorenzo, recoge en la corriente despeñada de un ríoel alud que rueda incesanteen las sombras de un tierno laberintoy sobre la tiniebla de lo no construído
levanta con las piedras ancestrales del asombro
una morada para un habitante herido.

En las cuatro columnas primordialescoloca el norte en la palma de mi manoel sur en un suspiro ineludible el poniente en los ojos dormidos de la estatuay el oriente mirando hacia un mercado de sorpresas.
No quiero que me duelan las paredes de mi casa que nadie diga que me mire al espejon i que tire para siempre mis zapatosque perdieron su color por la distanciaconstrúyela... para que converse conmigo
y ponle mil ventanas que den al paraíso” (42).

¿No les parece una hermosa idea?: “Constrúyela... para que converse conmigo”. Que yo pueda dialogar con mi casa, que sea mi reflejo, mi compañera de sueños y angustias. Que sea mía, que yo sea ella, con una sola condición:...Que no me duela.

Disculparán ustedes, que los ejemplos hayan sido tal vez excesivos, en torno al concepto de habitar y vivir los espacios. Esto se debe a una evidente deformación docente, que prefiere la reiteración a la omisión y que además admite su debilidad por las bellas ideas expresadas a través del universo exultante y deslumbrador de los poetas.

Los espacios son parte de nosotros. Y nosotros de ellos. Al visitar una casa, aun sin conocer a quien la habita, podemos tener una idea muy cercana a su realidad, a sus gustos y preferencias; a algunas de sus obsesiones (43). Son nuestra cara hecha piedra, nuestra voz apresada en sus paredes.

Una sola sugerencia a manera de conclusión. Dejemos para los zapatos, los lápices y las camisas el uso y el desgaste causados por sus “usuarios” y reconozcámosles a nuestras “grietas” y sus murmullos, a nuestras paredes pintadas con amor y lágrimas, a los espacios que nos envuelven; en justa correspondencia, la posibilidad de vivirnos y de habitarnos. 

notas
1
El término puede parecer un neologismo pero es todo lo contrario. Es empleado por Cervantes nada menos que en su obra máxima: “...hay opinión por todos los habitadores del distrito del campo de Montiel [en referencia a Don Quijote] que fue el más casto enamorado y el más valiente caballero que de muchos años a esta parte se vió en aquellos contornos".“El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”. Miguel de Cervantes. Ed Porrúa, 21 ed., 1960, p. 12.
2
Dice Heidegger: “The way in which you are and I am, the manner in which we humans are on the earth, is buan, dwelling. To be a human being means to be on the earth as a mortal. It means to dwell”. Traduzco la idea citada: “...la manera en la que los humanos estamos en la Tierra es habitando...ser un ser humano...significa habitar”. Basic writings. Building Dwelling Thinking. Martin Heidegger, Harper and Row N.Y., p. 325.
3
Penser, Classer. Georges Perec. Ed Hachette, 1985.
4
“....cuando los obstáculos...superan las fuerzas de cada individuo...no tiene otro medio de conservación que el formar por agregación una suma de fuerzas capaz de sobrepujar la resistencia”. “Encontrar esta forma de asociación...es el problema fundamental cuya solución da el Contrato social”.“El Contrato social.” Juan Jacobo Rousseau. Ed Porrúa, 10. ed., p. 9
5
Líneas adelante veremos los distintos significados de la palabra Arquitectura. Aquí la citamos como la obra o el objeto arquitectónico. Con otros acentos, tomando como pie forzado: “A lo lejos un barco inventa el mar”. primera línea de un poema del poeta cubano Waldo Leyva (1943 – ]) podríamos decir: “Si para navegar el barco imagina el mar / el hombre para sobrevivir / y habitar un mundo agreste y hostil, / bebe la amargura de la hiel / e inventa la Arquitectura, / su segunda piel”.
6
Si partimos de la concepción del espacio en la vida cotidiana, hemos de comprobar que el hombre desde el primer momento tiende a que el espacio que lo envuelve, lo refleje, a que sea una expresión de sus gustos. Tiende a “antropomorfizar” el espacio en palabras de Lukács. Estética. Tomo I. Georg Lukács. Ed. Grijalbo 1965.Traducción de M. Sacristán, p. 90.
7
Joào Cabral de Melo Neto poeta brasileño escribe: “Uma casa nào é nunca / só pa ser contemplada / melhor: somente por dentro / é possível contemplá-la”. “Una casa no es nunca / sólo para ser contemplada / mejor: solamente por dentro / es posible contemplarla”. (traducción Arponce), Premio Cora Coralina.Poesias. U. F. de Goiás, Brasil, p. 91.
8
Es común escribir “consciente” sustantivo derivado de “conciencia”. El no escribirlo con “sc” tiene dos razones principales. Una es que la “s” agregada es totalmente inútil pues no tiene ningún sentido ni sonido y además implicaría que por elemental congruencia, el sustantivo originario se escribiera “consciencia”.
9
“When you walk in (the early houses in wood) you could sense the life, you could reconstruct the life of the people...The building is really a way of life”. “Cuando uno camina (dentro de las primitavas casas nórdicas de madera) uno puede sentir la vida, se puede reconstruir la vida de la gente...las casas son realmente una manera de vivir.' (traducción; Arponce.) Discurso de Louis I. Kahn en la OAF, 1964.
10
Cita dictada por Enrique del Moral al autor del libro. “La obra de Enrique del Moral”. Salvador Pinoncelly, UNAM, 1983, p. 93.
11
Breve Diccionario etimológico de la Lengua castellana.Joan Corominas. Ed. Gredos, 3. ed., p. 63.
12
“...hay algo en que el peor maestro de obras aventaja, desde luego, a la mejor abeja, y es en el hecho de que,antes de ejecutar la construcción, LA PROYECTA en su cerebro. Al final del proceso de trabajo, brota un resultado que antes de comenzar el proceso existía ya en la mente del obrero; es decir, un resultado que tenía ya EXISTENCIA IDEAL”. El Capital. Carlos Marx. Trad. Wenceslao Roces. 2. ed FCE, 1965, p 130.
13
Ver en relación a esta crisis de la profesión, el artículo “Delenda est Arquitectura” en la Revista “Arquitectura” de la Sociedad de Arquitectos del Uruguay (SAU) No. 263. Nov. 93 p. 19. Después fue publicado por la revista de la FPAA, Arquitectura Panamericana. Por su importancia dimos copia del artículo a los editores de Arquitectura Mexicana de la FA de la UNAM y apareció en su n. 4. El autor del artículo es el arquitecto español Rafael M. de la Hoz, expresidente de la UIA, que 20 años antes ya había advertido: “La sociedad ha comenzado ya a prescindir de nuestros servicios. Una cuarta parte de los arquitectos del mundo se encuentran hoy en paro laboral...No es la sociedad culpable de nuestro genocidio. Somos nosotros quienes estamos cometiendo un suicidio colectivo al negarnos de plano a servir a los demás”.
14
Nuestra hipótesis de definición, la arquitectura como un saber y un hacer social para la producción de espacios habitables y la satisfacción de necesidades humanas.
15
Neologismo propuesto por nuestro compañero el arquitecto Carlos Ríos Garza. Si la actividad del pintor es pintar y la del escultor, esculpir; la del arquitecto es “arquitecturar”. En italiano existe la palabra architettar que se traduciría no como la palabra propuesta sino como arquitectar.
16
Antología rota León Felipe. Ed. Losada, p. 204.
17
Nueva antolojía[sic] poética. Juan Ramón Jiménez. Ed. Losada, p.110.
18
Poesías completas. Federico García Lorca. Ed. Mexicanos Unidos, p. 428.
19
“...existe una amplia variedad de “arquitecturas paralelas” y una correspondiente variedad de paradigmas de programación concurrente. Para la mayoría de los problemas no es posible concebir un algoritmo concurrente general que convenga a todas las “arquitecturas paralelas” [traducción Arponce.] A logic-based concurrent object-oriented programming language. Rafael Ramírez Meléndez. Ed. University of Bristol. U.K, 1996, p. 48.
20
El malestar en la cultura. Sigmund Freud. Alianza editorial, p. 22.
21
Historia como sistema. José Ortega y Gasset. Ed. Sarpe, p. 31.
22
Otras inquisiciones. José Luis Borges.
23
Árbol adentro. Octavio Paz. Ed. Seix Barral. 1987, p. 34.
24
El malestar en la cultura. Sigmund Freud. Alianza editorial, p. 34.
25
Es común pluralizar los sustantivos terminados en vocales acentuadas con la sílaba “es”. También es correcto hacerlo sólo con la “s”, sobre todo ante plurales tan absurdos como mamaes, papaes, dominoes o buroes. “Perlas japonesas”Nikito Nipongo. “El Financiero”, 21 nov. 96. p. 75.
26
Francis Bacon. Citado por A. Fernández Alba en “La metrópoli vacía”, Ed. Anthropos.1990. Bacon formulando “la conciencia de la subjetividad”.
27
“Yo soy el espacio donde estoy”, Noel Arnaud. Citado por Gaston Bachelard en “La poética del espacio”. Ed. FCE. 1965. p. 172.
28
Frase traducida al “mexicano” pues el original decía: “Vuestro hogar se hará con vosotros y vosotros con vuestro hogar”.
29
De la obra poética. Roberto López Moreno. Ed. Papeles privados. 1995, p. 103 e 114.
30
“La utilidad de un objeto lo convierte en valor de uso”, El Capital. Carlos Marx. 2. ed. FCE, 1959, p. 3.
31
“Cada objeto representa un conjunto de las más diversas propiedades y puede emplearse, por tanto, en los más diversos aspectos”, El Capital. Carlos Marx. 2. ed. FCE, 1959, p. 3.
 32
El término también es empleado por Carlos de Sigüenza y Góngora,(1645-1700) en la que para muchos es la primera novela mexicana: “Infortunios de Alonso Ramírez”; cuando habla de la riqueza de Puerto Rico transformada en pobreza “...por falta de sus originarios habitadores”.
33
“El uso es un hábito social...es aquella conducta que por ser ejecutada con frecuencia, se automatiza y se produce o funciona mecánicamente”; ”...ejecutamos muchos movimientos, actos y acciones con máxima frecuencia y que evidentemente no son usos". “El hombre y la gente”. José Ortega y Gasset. Ed Porrúa, 1985, p. 203.
34
“Esta casa me habita /...Suas paredes crescem em meu corpo / Somos feitas de pedra-e-cal /...como irmàs”. (Esta casa me habita / sus paredes crecen en mi cuerpo / Estamos hechas de piedra y cal /,,,como hermanas). (traducción: Arponce.). Neiva Maria Rodrigues de Almeida. Premio Coralina. Poesias. U. F. de Goiás, Brasil, 1988, p.136.
35
Obra poética completa. César Vallejo. Casa de las Américas. 3. ed. 1975. p. 155.
36
Entrevista a Dulce María Loynaz. La Jornada. 3 ene 94, p. 47.
37
Poesías completas. Guadalupe Amor. Ed. CNCA, 1991, p. 37.
38
Antología esencial. Pablo Neruda. Ed. Losada, 1971, p. 217.
39
Pedro Páramo. Juan Rulfo. FCE, 6. ed.1964, p. 62.
40
Iconografía. Alfonso Reyes. Ed. FCE, 1989. p. 30.
41
Fragmento del poema Abuela y casa del arquitecto Italo Barrionuevo, profesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Tucumán. Documento inédito.
42
Fragmentos del Poema para construir una morada. (Dedicado al arq. Lorenzo Carrasco.) Nazario Chacón Pineda. Documento inédito propiedad de Roberto López Moreno.
43
“En muchas lenguas en vez de habitar puede decirse vivir.¿Dónde vive usted? preguntamos, cuando queremos saber el lugar en el que alguien habita”. Dime cómo vives y te diré quién eres ”...Sólo los hombres pueden habitar. Habitar es un arte. Unicamente los seres humanos aprendemos a habitar”. Iván Illich.

sobre el autor
Alfonso Ramírez Ponce es arquitecto mexicano, profesor, escritor, conferencista, proyectista y constructor de obras de bajo costo, con materias primas como el ladrillo. Asesor de la FPAA (1992-2000) y de la Fundación Rigoberta Menchú. Ganador del Premio Armando Mestre de la República de Cuba. Primer premio del Concurso sobre Transferencia Tecnológica para el Habitat Popular, organizado por el CYTED

La convivencialidad
Ivan Illich

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El desarrollo del aprendizaje funciona como la estructura de un edificio, en los primeros dos años se forma la red de enlaces sinápticos para toda la vida. Hasta la pubertad se diferencia y se refuerza esta red. Los canales menos usados desaparecen, como adulto solamente se dispone de la red básica, hasta entonces formada. Estadística de: Estadística de Retención y Respuesta a la información: 1.  leyendo 10 % 2.  escuchando 20 % 3.  escuchando y viendo 50 % 4.  hablando y discutiendo 80 % 5.  haciendo y hablando 90 % (Dunn & Dunn: 1978) Imagínate: ¿uno echaría gasolina en el tanque del coche y sólo aprovecharía 10 o 20 por ciento? ¡Qué perjuicio, frustración y contaminación para el medio ambiente sería eso!, ¿verdad? Según una reciente investigación referente a la capacidad de lectura a nivel internacional entre 40 países, México cerró en penúltimo lugar. Esta evaluación indica que sólo uno por ciento sabe leer de forma más profunda, con la disposición de interpretar, hacer discursos dialécticos, etcétera. La mayoría de los lectores engullen sílabas, palabras y frases técnicamente y las sueltan del mismo modo, ¿para qué?, ¿para cumplir obligaciones, defender formalidades, sin gran motivación e identificación?, ¿para demostrar al maestro que se sabe leer y reproducir algo? Las causas son múltiples, con certeza, pero lo que es obvio es el hecho de que los temas tratados en el aula tienen poco que ver con la realidad vivida del alumno, con sus inclinaciones, capacidades y las experiencias cotidianas de su vida. “Las escuelas nacionales son lugares donde circulan y se consumen conocimientos. No son lugares donde también se produzcan. Son una especie de tiendas reservando a las elites la producción. La escuela india no puede seguir reproduciendo esta lógica de la educación, que no ha sido suya, y debe articular todo el proceso convirtiendo a las aulas en un lugar de investigación cuyos resultados circulen en ellas mismas y en la comunidad.” (Maldonado Alvarado, Benjamín, 2004).El maestro (mal pagado) en muchos casos está lejos del famoso eros pedagógico en el sentido de Platón, trabaja como funcionario publico, de forma mecánica, sin vocación ni amor o identificación, aplica un método inadecuado, no se preocupa por motivar curiosidad y deseo de indagar en los alumnos ni por trabajar más con interrogaciones, tareas para resolver en vez de reproducir datos muertos para aprobar exámenes, de un modo positivista y mecánico (al estilo del behaviorismo), entrenamiento de conductas sin posición crítica, sin discurso dialéctico, sin aprobar en praxis lo que uno maneja abstractamente. Además: “El 97 % de los maestros encuestados a comienzos de los ochenta preparaban sus clases sin tener en cuenta las condiciones individuales previas de aprendizaje y tampoco se preocupaban por transmitir conocimiento a partir de la realidad extraescolar.” (Muñoz, 1983a: 167) El orden de las mesas y asientos en el aula, en sentido frontal generalmente, no facilitan un dialogo, al revés. En Alemania ya se cambió hace 30 años este orden en las primarias, secundarias y hasta en el nivel universitario, con gran éxito. ¡Vamos a desarrollar y articular ideas propias, buscar alternativas a este mundo viejo, contradictorio, semimuerto que mata por intoxicación mental y física en forma de contaminación de la cultura dominante y colonial (en el caso concreto: occidental), opresiva, reductora y formal! Parece que estamos estudiando y defendiendo tesis en un vacío. Se podría también hablar de un espejismo. La acumulación y la forma de indiferencia crean más confusión que claridad, así se comprobó en el año 2005 en un estudio en Alemania después del resultado desfavorable de comparación de capacidades escolares. Hay límites en la concentración, dependiendo de la edad, del entrenamiento, de la praxis, etcétera. Normalmente después de media hasta una hora, se pierde bastante la concentración, hasta se pierde información esencial. El aprendizaje por reconocimiento de una estructura de tipo red y por el contacto con la realidad contextual (praxis, proyecto), en sus trazos específicos, sirve como fundamento de una memoria de largo plazo y ayuda en la transformación de la conducta. Hay que seleccionar, discriminar y jerarquizar en el proceso de estudios las singularidades como referencia y base para estructurar los nuevos datos encima de un esquema de tipo “archivo” que fortalezca el proceso de la memoria de largo plazo. “La educación universal por medio de la escolarización no es factible. No sería más factible si se la intentara mediante instituciones alternativas construidas según el estilo de las escuelas actuales. Ni unas nuevas actitudes de los maestros hacia sus alumnos, ni la proliferación de nuevas herramientas y métodos físicos o mentales (en el aula o en el dormitorio), ni, finalmente, el intento de ampliar la responsabilidad del pedagogo hasta que englobe las vidas completas de sus alumnos, darán por resultado la educación universal. La búsqueda actual de nuevos embudos educacionales debe revertirse hacia la búsqueda de su antípoda institucional: tramas educacionales que aumenten la oportunidad para que cada cual transforme cada momento de su vida en un momento de aprendizaje, de compartir, de interesarse. Confiamos en estar aportando conceptos necesarios para aquellos que realizan tales investigaciones a grandes rasgos sobre la educación –y asimismo para aquellos que buscan alternativas para otras industrias de servicio establecidas.” “Los políticos, intelectuales y jóvenes tendrían mucho que aprender de esa obra para criticar los derroteros en los que sigue montada la sociedad moderna: las ideas del desarrollo, de la educación, del transporte o de la medicina, axiomas modernos que nadie cuestiona y que, sin embargo, son construcciones retóricas que, lejos de liberar al hombre, lo esclavizan y producen el malestar que estamos viviendo." Illich (1926-2002), quien vivió en Cuernavaca durante los años 60 y 70 y es considerado uno de los pensadores más importantes de la segunda mitad del siglo XX. http://www.jornada.unam.mx/2006/06/19/a18n1cul.php Además: vea http://www.ivanillich.org/default.html (Parte de la tesis del autor) Pasamos actualmente por alteraciones drásticas a nivel etnoecológico que amenazan nuestra existencia. Estamos en una situación que nos exige otros horizontes, diseños y caminos. Tenemos que recuperar la relación entre lo ideal y lo material, incluida la Tierra como hábitat de todas las especies. El reto y la base de una transformación es, sin duda, la educación ambiental, o mejor, etnoecológica. Y no vale desarrollarlo desconectado del ambiente y la vida, en forma abstracta, sin empeño emocional ni en praxis, sino por medio de visiones, modos de organización-acción y de conceptos etnoculturales y bioregionales, con su cultivo de la tierra y de la mente. En este ángulo de una visión crítica, yo sentía la falta de una materialización de las teorías presentadas, excepto en casos aislados, individuales, creados por coincidencia y poco sistemáticos, incluidos en un concepto estructural político-ecológico y separados de un tejido de movimientos integrales con otros componentes artísticos, etnoecológicos, etcétera. Era interesante discutir el fondo de experiencias subjetivas de los representantes más espontáneos; articulaciones individuales y grupales para ejemplificar las visiones en praxis. Además, era interesante discutir a Illich en el contexto contemporáneo con líneas de autores cercanos que incluyen las inquietudes de este autor. Así, era importante mencionar a Raimundo Panikkar, Fritjof Capra (quien construye puentes de comprensión, con su Tao de la Física, entre el mundo occidental y oriental); los dos facilitan la comprensión del mundo espiritual de los pueblos autóctonos de América con su misticismo, su cosmovisión. La cercanía de ambos mundos en su aparente distancia sorprende y fascina, a un tiempo, por la teoría de la relatividad de Capra y la concordancia de ambas posiciones entre la filosofía de los monjes budistas y los científicos de la física cuántica. La preocupación ambiental que domina los mentes en el horizonte del desastre ecologico (el calientamento del mundo ocuparía gravemente a Illich si estuviera vivo todavía), igual que la reducción de la biodiversidad y la diversidad cultural. En concreto, sería interesante meditar temas especificos y reales, como la comprobación que hicieron en un laboratorio de Australia de que los ratones que comen maíz transgénico se comportan incontrolables, agresivos, se matan entre ellos... ¿Será que nosotros que comemos en grand parte ya este tipo de alimentación en forma de tacos, de productos Kellog´s, Nestle, Bimbo, quedamos libres de esta influencia? Se registra un frecuentes casos de alteración de hormonas, la menstruación anticipada en niñas con 7 u 8 años, cáncer de mama. Y por eso propongo ampliar los estudios y proyectos en los siguientes campos y formas: Controlar y contrarrestar la centralización de la población y mejorar, con eso, la adaptación a los límites de los recursos naturales. Desarrollar la infraestructura del campo y mejorar la calidad de vida. Revertir el proceso de transformación de una sociedad rural a industrial, haciendo más favorable vivir y trabajar en el campo que en las ciudades. Promover campañas y programas para mantener las condiciones de la vida rural, en vez de abandonar y atraer una cuantía de problemas a las ciudades. Fundar cooperativas que promuevan el cultivo orgánico. Organizar un trabajo sistemático de enseñanza, divulgación y promoción del cuidado del medio ambiente basado en los principios de la Permacultura y el Bioregionalismo Promover la Etnoecología, como ciencia de unión naturaleza-hombre. Educar en los secretos y la habilidad de los pueblos para vivir en forma integral con los ecosistemas, orientados a una visión cosmogónica. La defensa de la Madre Tierra enfocada a la preocupación por las culturas, identidades y lenguas de los pueblos y etnias. Promover la biodiversidad y cultura como una historia evolutiva. Búsqueda de alternativas en la nueva biología y la teoría de la Gaia, con una perspectiva para el futuro en el auge de un Metabolismo Cultural. Analizar y aprovechar el bioregionalismo, las tradiciones nativas, los sistemas autóctonos de producción, reproducción e intercambio. Dar muestras de cómo mejorar la economía y perfeccionar la calidad de vida en una casa, barrio, ciudad. Desarrollar maquetas como modelos de alternativas e ideales para la preservación del Medio Ambiente. Muestras de técnicas para ahorrar recursos como: agua, luz, gas. Formar especialistas o grupos para dar asistencia en instalaciones para economizar recursos, reciclar, etcétera. Preparar materiales didácticos para escuelas, barrios, centros comunitarios, de tipo culturales, medios de comunicación y publicidad. Organizar estudios de proyectos en escuelas, invitar a los alumnos a llevar materiales reciclables, haciendo campañas y poniendo a disposición depósitos para recolectar los materiales útiles. Organizar paseos ecológicos con la meta de sensibilizar y motivar a los ciudadanos para participar en grupos voluntarios preservando el Medio Ambiente. Promover shows de solidaridad con la Madre Tierra, en que se expongan filmes u otras formas de comunicación, educando sobre las amenazas al ambiente. Proyectos para uso de energía solar y eólica en el hogar, cómo preparar composta de lombricultura, cómo evitar insectos vía plantación de ciertas flores, cómo hacer plantaciones en escuelas. Combinar psicoterapia y trabajo de salud en la fase de recuperación (después de un infarto, accidente) con un trabajo de cultivo del Medio Ambiente. Organizar concursos de literatura, videos, pintura, fotografía, con la finalidad de dar ánimo e inspiración a la lucha para salvar a la Madre Tierra. Unión con la industria, asociaciones, movimientos rurales, sociales y culturales para sensibilizar, patrocinar y promover actividades ecológicas. Combinar la lucha de la ecología con los movimientos etnológicos, culturales, de la paz, holísticos y otros que buscan restablecer las leyes naturales. Cuestionar la «disyunción filosófica, de distintas realidades, disciplinas, el paradigma educativo de competición, autoritarismo, jerarquía arbitraria, separación de la teoría y la práctica, y de nuestro sentido de la interdependencia con la naturaleza». (Morín, 2001). Karl Marx nos alertó en su crítica al idealismo de Feuerbach: “Los filósofos siempre interpretaron la realidad pero nunca la cambiaron.” Con toda revisión y distancia al Marxismo ortodoxo, al centralismo homogeneizante del modelo de la Dictadura del Proletariado y los efectos represivos por el régimen de un partido, esta sentencia nos inspira para no repetir errores ya superados en otros lugares y tiempos, con el modelo de una Educación Politécnica por ejemplo, por modelos innovativos en los Caracoles del EZLN, etcétera. La verdad absoluta no existe y pienso que Raimundo Panikkar nos da una respuesta a las dudas: la verdad es la búsqueda de la verdad. Y eso vale más que nunca ante la corriente de la Globalización que lleva a la Monocultura (en el cultivo de la tierra y en el ámbito humano), a la reducción de perspectivas filosóficas, de estándares culturales, a modos de realización sin sentido ni éxito, ante tantos desastres humanos, ecológicos, económicos, políticos, etcétera. Hay corrientes en todo el mundo como las Ecoaldeas, Permacultura, Meditación y Yoga, Universidades Holísticas, Acupuntura, Centros de Comunicación con su amplio abanico de inspiración cultural, social, de aprendizaje, que son en esencia holísticas, complejas, útiles para transformar la realidad que nos lleva a impactos de todo tipo y dimensión, para fungir como matriz de caminos alternativos, emancipativos, de resistencia ante el sistema que nos absorbe y enajena. Yo participé con diversos grupos más de dos décadas en Alemania y en América Latina: Perú, Brasil y México, y me dispongo a exponer las experiencias vía ponencias, muestra de diapositivas, películas… para meditar e intentar traducirlas en praxis. La supervivencia depende de la recuperación de nuestra conciencia. La situación no permite una conciencia dormida, una percepción ligera y superficial ni un puro fatalismo. Mi hipótesis en el marco de la Etnoecología es: La biodiversidad es tan importante para la balance y el ciclo ecológico como la diversidad de las culturas, de los conceptos filosóficos, culturales, etcétera. Y con la red de factores y la dependencia estamos cada vez más en riesgo de ser afectados sin ser directamente involucrados. Para materializar las inquietudes y propósitos de Ivan Illich considero necesario orientarse más consecuentemente en filosofías, caminos y técnicas ejemplares. Literatura referente a reflexiones y visiones de alternativas: Diesbach, Nicole, 2005: Hacia un nuevo paradigma. Revolución del pensamiento del Siglo XXI. México, D. F. Capra, Fritjof: El Tao de la física. La convergencia de la ciencia occidental y filosofía oriental. Escobar Torres, Jorge: Un paradigma integral para la calidad en la educación. México, D. F., 2007. Esteva, Gustavo: Papel básico de la Universidad de la Tierra. Oaxaca, feb. De 2002. Freinet, Celestin: Técnicas de la escuela moderna. México-Argentina, edit. Siglo XXI, 2002, trigésimo quinta edición en español. Freire, Paulo: Pedagogía del oprimido. México, edit. Siglo veintiuno, 2002, quincuagésima edición. Illich, Ivan: In the Mirror of the Past. Lectures and Addresses 1978-1990. Nueva York-Lóndres, Marion Boyars Publishers, 1992. Illich, Ivan & Sanders, Barry: ABC: the alphabetization of the popular mind. Londr, Marion Boyars Publishers, 1988. Kuri Valdés, Laura (compiladora): Bienvenidos a casa. Vivencia y pensamiento bioregional. México, D. F., 2003, edit. Ayotl., A. C. Kuri Valdés, Laura y Arnold de Jager (compiladores): Ecohabitat, 2006. Madrigal, Juan M.: La Permacultura y Bill Mollison. http://www.tierramor.org Maldonado, Alvarado, Benjamin, 2004, Lo Sobrenatural en el territorio Comunal. Propuestas para el estudio de la geografía simbólica en la educación intercultural de Oaxaca. México. Morin, Edgar: Introducción al pensamiento complejo. Barcelona, 2001. Muñoz, Izquierdo, C.: El problema de la Educación en México: ¿Laberinto sin salida? México, D. F., 1983, Centro de Estudios Educativos, segunda edición). Nava Gallegos, Ramón: Educación Holista. Pedagogía del amor universal. México, 1999, edit. Pax México. Nava Gallegos, Ramón (Compilador): El destino indivisible de la educación. Propuesta holística para redefinir el diálogo humanidad-naturaleza en las enseñanzas. México, 1997, edit. Pax. Novacek, Michael: The Biodiversity Crisis. Losing What Counts. Nueva York, 2001, American Museum of Natural History. Panikkar, Raimundo: Myth, Faith and Hermeneutics. Cross-Cultural Studies. Nueva York, 1979, Paulist Press. Panikkar, Raimundo: La experiencia de la India. Madrid, 1997, Editorial Trotta. Senkowski, Reinhard: “La Utopía de un diálogo dialógico”, En Diversa. Revista de la Universidad Pedagógica Nacional, Tuxtla de Gutiérrez, Chiapas, 2003. “Condiciones y visiones para una didáctica de entoecología”, En Entre Maestros, Vol. 6, No 19, invierno de 2006. Publicación trimestral de la Universidad Pedagógica Nacional. “Una educación para el desarrollo sustentable”, en Educación ambiental para un futuro sustentable. Coordinadores: Ruiz, Mayra; Calixto Flores, Raúl. México, D. F., 2006, edit. UPN. Senkowski, Reinhard: “Concepto de Metabolismo Cultural para evitar la monocultura en el tren del monoglobalismo”, en Cuicuilco, No 38, Revista de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. México, D. F., 2006. Marcuse, Herbert: Eros y civilización. Una investigación filosófica sobre Freud. México, D. F. 1965. Marcuse, Herbert: El Hombre Unidimensional. Barcelona, 4ª reimpresión, 1999. Berman, Morris, 2004: El Reencantamiento del Mundo. Chile, 9a edic., edit. Cuatro Vientos [Original: The Reenchantment of the World: Edit. University Press, Ithaca]. Roth, Gerhard:Wie Lernen neuronale Strukturen bildet, Die Entwicklung der Synapsen im Gehirn [trad. Al español: Cómo el aprendizaje forma estructuras neuro  

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